Y si tal vez hacemos caso al tiempo onírico,
que se hace manifiesto en olas.
Olas que han sido amables y unificadoras
que han sido metáfora de amor.
Luego,
fueron signo de separación y ruptura,
de fuerza endómita
obligada a la distancia
entre orilla y fondo.
Luego,
habiéndose llenado
la mar
se muestra calma
y dispuesta a soportar el peso de los cuerpos
tranquilos, en unión.
Qué hacer ante una marea indecisa
cuando ya mis aguas estaban tan tranquilas
asumiendo nuevas corrientes
libres de marejadas...
Cómo interpretar y cómo actuar.
Tal vez
la respuesta es
ser una alga
y dejar
que me lleve la corriente.
1 comentario:
Uno aprende a amar, no cuando encuentre a la persona perfecta, sino cuando aprenda a creer en la perfección de una persona imperfecta... los queremos mucho...
flo & pato
Publicar un comentario