7.11.10


La fotografía de Pietro Masturzo logra expresar algunas de las contradicciones de la sociedad iraní, en un momento político en que la gran mayoría del pueblo se expresaba contra los resultados de las elecciones presidenciales, que dieron como ganador a Mahmoud Ajmadinejad.
Las manifestaciones durante el día eran masivas y violentas. Sin embargo, cuando caía la tarde, muchas mujeres subían a los techos de sus casas para expresar a gritos su malestar.
La imagen capta el momento exacto en que tres mujeres expresan su rechazo. Sin embargo ellas se aprecian borrosas por el movimiento de sus cuerpos. La imagen nítida corresponde a los edificios, con las antenas de televisores y luces prendidas. Esto se puede entender como un contraste, ya que durante la época de manifestaciones el fraude de las elecciones su hizo saber, en parte, por las redes de Facebook, Twitter y teléfonos celulares. Estas mismas fueron cerradas y bloqueadas, por lo que muchas personas recurren a medios tan simples y directos como gritar en los techos y salir a la calle para manifestar su opinión.
Si bien la fotografía no se caracteriza por los contrastes, sí genera una sensación contraria en lo que respecta a la luz artificial, la luz del cielo y los colores negros junto con las sombras que se generan a partir de la superposición de los planos.
La escena muestra una ciudad que no termina, un movimiento que no se detiene. Es necesario ampliar el diafragma de la cámara para captar la luz que hay en el lugar, metáfora asociada con la falta de medios de expresión en un contexto de indignación e impotencia por la imposibilidad de cambio.
Las mujeres se ven borrosas, pero se ubican perfectamente en el centro de la fotografía, lo que les otorga el protagonismo negado por las reglas de su sociedad. Si bien esta apreciación puede parecer apresurada, es bastante notorio que el rol de la mujer en sociedades como la iraní es relegado a las funciones tradicionales sumado con una religión sumamente estricta. A pesar de las sombras, de la oscuridad, de los colores pasteles y de silencio que se genera antes de la noche, ellas están ahí paradas sobre las luces de sus casas, expresando una mezcla entre rechazo político y alabanza divina (a Alá). Están en el centro del cuadro, bajo las antenas de televisoras censuradas, de celulares bloqueados y redes de Internet inhabilitadas.
La imagen es parte de una serie de fotos sobre estas mujeres en los techos, sin embargo, el marco oscuro de ésta pareciera ser el final de la escena; si se cerrara la imagen de forma circular, lo último que se vería sería la mujer de blanco contrastada por su pañuelo negro. Si la imagen se cierra, esas mujeres seguirían gritando y, de alguna forma, mostrando los contrastes de una sociedad incontrolable.