Lo
vi corriendo y jugando entre montes
con
algún tímido pensamiento ya elevado a las cumbres
arraigado
con el suelo
se
enredó con un tubérculo
y luego no quiso más
Taimado
lo vi
arrancando
la espina de su talón
y
lo amé
mucho
más que antes
Desde
la madera rota lo observé
hasta
que decidida
corrí
a abrazarlo
Salimos
corriendo juntos por el pastizal
ya
anaranjado por el ocaso
nos
miramos varias veces
y
el corazón crecía tan inmenso
que
alentaba el atardecer
Desde
esa tarde nos amamos
evitamos
las rutinas grises
y
jugamos
a la travesía de ser libres
amándonos
y desnudos
en
ese paisaje
que
invocamos
durante los sueños
(Todo por una canción)