Y si.
Nos revolucionan la cabeza
Nos abren las tripas
Y sacamos nuestros intestinos
en desvariados intentos de locura
fermentada.
Salen las ideas, se abre
brotan revoluciones.
Surge un problema:
El tiempo.
El tiempo de revolución no se mezcla con el de sumisión.
Y de la contrainformación, contraduopolio
comunicacional
nos llevan a la vívida esencia del modelo
la televisión comercial
el periodista mediocre
agarrando el micrófono como única meta
frente a la cámara
que tira cables a la empresa mayor,
del duopolio
o triopolio, que me importa.
Y si la idea se hace práctica, con amor,
entonces es revolución de cada día.
Además, llega el amor amor amor
y el tiempo pareciera organizado
por la superestructura
Entonces la sinapsis no encuentra lugar
corren los ríos por las mejillas
cortocircuito relativo.
El deber moral de volver
Pero volver
a la siembra
o a la cosecha
de las revoluciones
a construir la nueva casa.
El deber moral,
se ha ído al otro lado de la tortilla
El micrófono con cable a copesa
no es deber moral..
La contradicción carcome
colapsa
y el amor desborda
de locura,
bien fermentada.
Entonces hagamos un rico licor
de oro
de oro pobre
y bello.
¿Qué hacer para la contradicción?
Cable a tierra, no a copesa,
me dicen buenas lenguas.
Tragarse el pollo y seguir
Para construir otro tiempo
No relativo
No supermandado
y con la creación de ese tiempo
cosecharemos las siembras
que florecerán
con hermosas esporas
Para ti.
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