Sus cuecas se repiten; motivan su ágil memoria en la micro repleta de solitarios cabizbajos. Yo lo observo y sonrío con alegría. Su canto libre me hace recordar antiguas historias pronunciadas por mis padres y surge la esperanza de un baile improvisado, de un levantamiento contra la rutina… pero no: "No estamos listos para eso". Quizás no tengo monedas para dar, pero sí mi aplauso consciente.
1 comentario:
En el fondo ese no estar preparados ataca directamente la indivudalidad.
Son increibles las cantidad de veces que hemos podido hacer la diferencia, de poder hacer de un momento, a través de la acción. un suceso extraño.
Algo que nos agite, y nos vuelva en contra de uno mismo, contra un espejo. Y destruyamos el espejo con un golpe, frio pero lleno de fuerza.
Todavía hay dias donde llueve y haga frio, en dodne nos podamso desabrigar y abrazar la lluvia con abandono y coraje.
Un beso, saludos.
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