31.7.07

Post-todo

No andaba de buen humor. El simple hecho de compartir espacio en la cabina del metro la irritaba. Ese viejo que la miraba con sebosa intención, la mirada paqueante de la señora resentida de edad que las piernas no le dan para sentarse con descaro en el suelo e interrumpir el buen funcionamiento y la participación ciudadana en el sistema de transporte metropolitano etcétera, el vaiven grosero del tren con su pitoculiao para abrir las puertas. Dirección Comuna Popular, porque claro, por último viviera en Las Condes pero no, Puente alto la maldita dirección que se repleta de pasajeros de las más amplias especies.

Era penca que la miraran en menos las pokemones con sus pelos alisados y quemados para sus toqueteos infantiles en los baños de la kamasu con algun niño-amorfo machista-fotolog-gold.

¿conclusión?

un real mierda de viaje por la ciudad

AH! pero sumésmole la hora: 13:00 un sábado, es decir, cientos de burbujas alcohólicas brotaban por su cuerpo evapornadose y creando una especie de colchón fétido a su alrdedeos, salía por su cabello enrredado y termanba en los cordones desamarrados de las zapatillas con vino.

No andaba de buen humor y el ambiente no mejoraba la situación. Fue en esa condiciones cuando decicidió arrancar: se bajó en Grecia y caminó en dirección salvaje, se metió a Lo Hermida caminando y salio volando. Algunos sospechaban de su autodestrucción y no fue el pololo quien la llamó sino su amiga

(ah! acá empieza la wea)

...su amiga de nombre desconocido. juntémosnos ahora que ayer no salí y tengo unos super buenos... ¿que se le iba a hacer? el inconsciente la dejó llevar caminando una hora por lo menos para ubicar la famosa dirección, Las gaviotas y su pene colgando, eso: eran los cables que tendián relajadamente y oblondos sobre las cabeza de cientos de transeuntes desorientados, oh esos cobles como la gozaban. Los veia ondulantes y baialando al ritmo del ska que pegaba en sus oidos. El cuerpo aun no se manifestaba , solo la mente) caminaba y los labios resecos no permitían el habla ni mostraban interés alguno en humectarse. Pegada a ellas sentíase un oleaje fuerte y dominante de autos. Bandera roja anunciaban en la esquina, no se puede bañar hoy mi querido turista.

Cruzó Tobalaba y la fiesta comenzaba. Algo la hizo despertar y no fueron las sopaipas de la tía. Timbre eterno y salio la nena (asinosellamaba) con una minifalda de muerte y en polera de tiritas suelta a lo primaveral. Estaba rica y ella lo sabia, como tambien que su pololo la cagaba y tantas otras cosas. El estado lo justifcaba todo, siempre es así. Como estay loca tanto tiempo, si oye estay pa la caga pasa.¿queri comer? jajaja ya vamos a mi pieza mejor....

Ahi sentadas, conversando como amigas las dos, el estado mejoraba lentamente. Esa polera de lunares te calentaba y sabías como tenerla lista para tu fantasía.

Se miraron con complicidad, las manos latentes esparaba algo hace tiempo y las yerbas fuamadas aumentaron sus ganas y un apreton interno de estómago retenía los miedos. Se soltaron con sensualidad la una sobre la otra y deslizaronse como gatitas.
El acto en plena: mano, cintura, pechos y suavidad. Una tela de calor las consumía hasta el descenso abrupto de los humos. oye... me voy, mejor otro día seguimos vale?.Sí--questí bien.

Te veia caminar inerte hacia el metro. No sabía lo que te amaba...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

aaa mujer ahi se nota la rabia, parece que habia sido no de esos dias malos chica salvaje nos estaremos viendo en las junglas primitivas y adllenctas de la cuidad de salntiago, entre sus cafeses con piernas y lo mas mitico del stg atrozzzzz
un beso mujercilla
fran

Anónimo dijo...

La Bolsa

Salir no significa, necesariamente, cruzar una puerta. Lo que yo hice fue escoger el lugar más adecuado, el más obscuro. Quizás, el más solemne. La gente pasa por los callejones sin mirar, como si en vez de tal pasillo no hubiese más que una muralla que conectara un edificio con el otro. Abrí la bolsa y la acerqué a mi cara; sentí millones de los más finos y helados cristales entrando desde mi nariz hasta mis pulmones, acompañados de un escozor en la sien. Guardé mi bolsa.
Y Salí.
Caminé entonces por el patio de tierra: no más que complacientes paisajes, coloridos y amorfos, me rodeaban. El chillido infernal de una turba de niños se transformaba en arrulladora música, como la que alguna vez se cantó en la infancia. Todos los gestos de quien antes me observaba (y de reojo) con repudio, pasaron a convertirse en una sonrisa eterna,geográficamente interminable. Mis pies descalzos ya no sufrían el dolor punzante de las piedras: El suelo se transformó en una nube por la que pude desplazarme a metros del suelo. Justo cuando ya no hay diferencia entre mi carne y el viento, lo vi.
Éso significó haber salido aún más lejos.
- ¿Qué haces aquí otra vez?
- ¿Existes?
- Dos más tres no son cinco, hijo mío.
- ¿Por qué no me dejas ser feliz?
- La lluvia no cayó como esperaba. La bomba era, por lo tanto, inminente.
- ¿Por qué no nos hiciste a todos como tú?
- Dime con quién andas, y te diré quién eres
- Pero quiero quedarme aquí..
- Adiós.
Al bajar, sentí el peso de una dolorosa rama golpeteando mi espalda. - ¡Levántate! No nos dejas jugar, el patio es para éso ¿o no lo sabiai?
Me levanté y huí de forma despavorida. Corrí, casi a ciegas, evitando encontrarme con lo rostros que al mirarme pudrieran mi existencia. Saqué rápidamente la bolsa, pero ya no quedaba aroma.Nada.
Erguí mi figura, me acerqué con la mirada cálida a la profesora de manualidades, y le toqué el hombro.
- Tía, ¿Me presta neoprén para pegar una cosa?

Escucha la Máquina de hacer pájaros!!